CHAPADMALAL
Sobre
la Costa Atlántica, a 23Km. de la popular Mar del Plata, se extiende el
inigualable territorio de Chapadmalal, un encantador destino veraniego
de Buenos Aires, situado al sur del partido de General Pueyrredón.
.
Al sureste de su geografía, el Océano
Atlántico baña sus costas de imponentes acantilados yplayas de ensueño; en
tanto al noreste, el camino de circunvalación va en línea recta desde el mar
hasta la Estación de Trenes, símbolo la historia del lugar.
La
posesión real de estas tierras era, por derecho propio, del Cacique Negro
II ó Llampilco, puelche según D'Orbigny
y tehuelche para Rosas, quien había reclamado para sí una amplia zona
que abarcaba desde el Rincón del Tuyú hasta pasando las Sierras del Volcán,
entre 1791 y 1806, cuando mantenía buenas relaciones con la
autoridad colonial de Buenos Aires.
El
21 de mayo de 1819, el cacique vende la tierras en Bahía Blanca a Lorenzo
López, sin la documentación que acreditara su titularidad, por trueque de
provisiones y dinero, en una venta certificada en un papel de cartas, escrito a
lápiz.
Chapadmalal,
fue el nombre con que se designó a la estancia propiedad de la familia Martínez
de Hoz, abarcaba un vasto sector que se extendía desde la Av. Jorge Newbery,
hasta el Arroyo Las Brusquitas (hoy límite natural de los Pdos. de Gral.
Pueyrredón con el de Gral. Alvarado), y desde el Océano Atlántico hasta la
antigua estación de trenes de Chapadmalal.
Cuando
a fines de los años 30 se decide lotear sectores de dicha estancia, surgen
urbanizaciones, residencias marítimas y balnearios, que hoy entre otros
conocemos a: Estación Chapadmalal, La Arboleda, Barranca de los Lobos, Playa
Chapadmalal, Santa Isabel, Higthland Park, San Eduardo, El Marquesado y San
Eduardo del Mar.
Todos
estos barrios forman parte de un Chapadmalal único y unido, por su historia,
por su geografía y por su gente, que supo conservar su valioso tesoro natural,
custodiado por dos importantes centros urbanos como son Mar del
Plata y Miramar.
El
complejo Chapadmalal es un emprendimiento estatal, era dependiente de
la Fundación Eva Perón, formó parte de la
política justicialista de Turismo Social (1945/1955).
Chapadmalal atrae
visitantes con una compleja cartelera de actividades turísticas, y los asombra
con su distinguida apariencia engalanada por majestuosos edificios que han
sabido conservar a lo largo de los años su originario estilo colonial; y entre
los cuales prevalece por su belleza gótica medieval, el Castillo de la
Estancia, construido en 1906.
Pero
ello no es todo en el aspecto de Chapadmalal, que además guarda una
armoniosa relación con la naturaleza, desde las playas de arena y médanos hasta
las columnas de variedades arbóreas que invitan a penetrar la
esencia ruraldel sitio.
Surf en Playa
Redonda; golf en las estancias de campo; pesca en los
arroyos; diversidad recreativa en el Estadio Polideportivo que fuera
subsede de los Juegos Panamericanos de 1995; espectáculos de primer
nivel dispuestos por la Secretaría de Turismo de la Nación en las instalaciones
de Chapadmalal;
son una muestra de lo que puede adjuntarse al disfrute veraniego de las limpias arenas y el agua azulada.
son una muestra de lo que puede adjuntarse al disfrute veraniego de las limpias arenas y el agua azulada.
Estación
Chapadmalal
Verdadera
reliquia histórica regional, esta estación de ferrocarril ostenta un típico
estilo colonial ingles. Tanto su fachada como su interior se mantienen en
perfecto estado de conservación, aunque ya pesan en sus muros 90 años de
historia.
Desde
el andén, un viejo almacén de principios del siglo XX ha quedado como mudo
testigo de aquel 24 de febrero de 1911, en que arribó el primer tren de
pasajeros.
Se
llega hasta la estación, saliendo de Mar del Plata por la ruta 88.
Castillo
de la Estancia Chapadmalal
Construido
en 1906 por el celebre arquitecto Basset Smith, este castillo recibió en sus
años de esplendor a príncipes y presidentes y las más variadas personalidades
de la cultura y la política.
Con
sus casi cien años, el castillo se erige distinguido en su estilo gótico
medieval, en una mezcla indivisible de achaques y glorias, y rodeado aún por el
maravilloso parque que a principios del siglo XX diseñó el célebre paisajista
Thays, a pedido de Don Miguel Alfredo Martínez de Hoz.
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