EL CASTILLO
DE OBLIGADO Un castillo con historia épica
y fantasma
La “Estancia
El Castillo” pertenece a los descendientes del poeta Rafael de Obligado, y fue
escenario de la batalla que se conmemora cada 20 de noviembre.
Situado a
200 km de Buenos Aires y a 20 kilómetros de la localidad bonaerense de Ramallo,
y a otros tantos de San Pedro, siguiendo una ruta asfaltada, se llega a Vuelta de Obligado, lugar que recuerda
la batalla homónima, ocurrida el 20 de noviembre de 1845, donde
combatieron las fuerzas nacionalistas de Rosas, al mando de Lucio Mansilla
contra fuerzas anglo-francesas.
Epicentro de
esta batalla es el romántico Castillo
del poeta Rafael de Obligado, en el paraje de la Vuelta de Obligado, un
recodo de las Barrancas del río Paraná ubicado exactamente dentro del Partido
de Ramallo cercano al límite con el partido de San Pedro en la provincia de
Buenos Aires.
Conocido
como “El poeta del Paraná” y
perteneciente a la generación de 1880, Obligado escribió poesía con temática
“gauchesca” pero con palabras “cultas”, influido por la poesía francesa de
fines del siglo XIX.
El castillo
de estilo romántico y ambientación gótica fue construido
en 1896 por el poeta en honor a su esposa, Isabel Gómez Langenheim, gran
amante de las novelas del escritor escocés Walter Scott. Las tierras de la
estancia fueron compradas por el padre del vate, don Antonio Obligado,
castellano de origen andaluz, al canónigo Andúgar en 1785.
El
estilo en que fue erigido el castillo fue el románico, el cual presentaba
detalles góticos.
La construcción
fue erigida de tres plantas con ventanales ojivales, en donde se distribuyeron
seis baños y 24 habitaciones.
Una torre de homenaje: es la torre principal donde
se encuentran las habitaciones más importantes del castillo.
El patio de armas: es un espacio que se encuentra en
la parte central del castillo y desde el se puede ir a los diferentes sectores,
por ejemplo: recepción, cuartos, capilla, etc.
En su entrada se
construyó un hermoso hall con tres juegos de escalera, mientras que las paredes
exteriores del edificio están cercadas por enredaderas que le confieren un aire
de misterio. Su edificación remonta a otros tiempos y desde el camino se logra
divisar su figura gris oscura y atemporal, que remite a leyenda.
La “Estancia El Castillo” pertenece en la
actualidad a la familia Obligado, descendientes del poeta. Pero parece
que la familia no es la única habitante del lugar, por los corredores y
galerías suele transitar “Toto”,
un fantasma que hace desaparecer objetos o que cierra puertas para luego
abrirlas misteriosamente. La leyenda del fantasma data de 1930 y como
todo castillo que se precie, el de Obligado cuenta con pasadizos secretos que
comunican salas y habitaciones o que conducen hacia el exterior.
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